La nominación este 2013 como primer destino gastronómico del globo por segundo año consecutivo es solo una confirmación de lo dicho. En el 2011 fue el mejor de Sudamérica, y ahora repite el plato pero extrapolado a escala mundial y por delante de países con fama de imbatibles en culinaria, como Francia, España o Italia.
Con la valla así de alta, el reto, además de mantener el liderazgo, estará en sacarle provecho a las nominaciones.
Por lo pronto, en el sector empresarial prevén que la demanda externa por los circuitos gastronómicos en el Perú se incrementará, como mínimo, un 35% para el 2014, lo que implicará el arribo de 1,6 millones de turistas extranjeros, quienes dejarán $1,000 millones.
Alejandro Garro, gerente general de la consultora Promarket, comenta que este cálculo corresponde a visitantes que gastan en promedio $130 por día, y cuya estadía se alarga hasta una semana. "De todos ellos, hay que apuntar a los de alto poder adquisitivo, que sobre todo provienen de Norteamérica, Europa y Asia", explica el ejecutivo.
Garro precisa que los mercados indio, árabe y japonés son los más atractivos, y que tal como ha ocurrido con Lima y el Cusco, las principales ciudades del país deberán adecuar su oferta gastronómica a los gustos de estos viajeros, "con una especie de mixtura entre sus condimentos y los peruanos".
"Es importante adaptarse porque el Perú va a experimentar a gran escala lo que pasó con el Cusco tras su nominación como maravilla mundial, es decir, tendremos un crecimiento explosivo de la demanda a mediano plazo", añade.
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